domingo, 22 de mayo de 2011

HA VOTADO EN LAS ELECCIONES DEL 22M

LA FIESTA DE LA DEMOCRACIA
No sé quién le puso este nombre, ya que, una fiesta sin comida, bebida, guirnaldas, música pachanguera... no es una fiesta.
Y visto lo visto, leído y oído del 15 al 22 de mayo... también habría que plantearse el término "democracia".
Yo prefiero denominarla "Proceso de Simulación Democrática"
La cuestión es que, lleno del espíritu romántico con el que fui a votar cuando cumplí 18, ejercí mi derecho al voto desarrollando todos y cada uno de los rituales necesarios:

En primer lugar, y el más importante, no ir a primera hora. Que siempre hay presidentes o vocales que se quitan de enmedio y a las autoridades les da por pillar al primer incauto que se levanta temprano para votar antes de ir a la playa. De esta manera, uno se levanta a una hora medianamente decente, va por la prensa, desayuna, comprueba el panorama en internet... atrasando el "momento votación" lo máximo posible hasta bien entrada la hora de comer, cuando no haya cola en el colegio.

Dos son los requisitos para votar: primero, tener el dni o el carnet de conducir para identificarte ante la mesa electoral. Segundo, saber dónde hay que ir a echar el voto. Nadie es perfecto, y en esta ocasión me acordé de coger el documento de identidad... pero no la tarjeta del censo, de manera que tuve que ponerme a buscar mi nombre en los listados. Y cómo no... me encontraba en la última de las listas que miré.
Existen unas cabinas muy monas en las que poder meter la papeleta en el sobre. Si no te llevas el voto de casa... entras en una, corres la cortinilla y te dejas llevar por la imaginación ¿votas en blanco? ¿nulo? ¿a qué partido confiar? He ahí el dilema.
En general, en unas elecciones como esta, de carácter local, y máxime en un pueblo donde casi todos nos conocemos, la cuestión es simplemente optar por el mal menor.
Aquellos que quieran encontrar ideales de partido en agrupaciones locales andarán un poco perdidos, pues es en los municipios el único lugar en el que se vota a las personas más que a los partidos... aunque estos se nieguen a aceptarlo públicamente.
Los programas no son más que un conjunto de promesas que caerán en saco roto debido a factores como: la incompetencia de la clase política municipal, el "caos" dejado por el equipo saliente, y la necesidad de "sacar tajada" de todo aquel que entra en contacto con las arcas municipales.

Seleccionada la papeleta, solo queda ir a la mesa correspondiente, identificarse ante presidente, vocales e interventores (aquí es donde es necesario disponer de dni) e introducir el voto... o darlo al presidente para que él lo meta en la urna. Finalizado este proceso, "Usted ha votado".
Y así acaba el proceso de simulación democrática. A partir de aquí, el destino del municipio dejará de estar en tus manos hasta dentro de cuatro años.

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