martes, 20 de noviembre de 2012

La Televisión No Los Quiere

20 de noviembre
No ha querido el azar que la marcha de Miliki (uno de los personajes más queridos del país, muy significativo en la infancia de los que ahora se cuentan como cincuentones y cuarentones) coincidiera con el Día Universal del Niño. Hubiera sido un guiño (si no un bello homenaje) a una persona que se dedicó a lo largo de su vida a hacer felices con su humor y sus canciones a los más pequeños de la casa. Su fallecimiento constituye toda una gran pérdida para todos, pues con él se va uno de los últimos bastiones en defensa del entretenimiento y la diversión de la infancia.
 
Una de las normas no escrita del frikismo habla en torno a la "nostalgia ochentera", de que "aquel tiempo pasado fue mejor". Como friki sé que mi opinión no es neutral, pero seguro que parándose un momento a reflexionar, estarán conmigo que (en cuestión de trato y trabajo con la infancia) "aquel tiempo pasado fue mejor".
No voy a hablar de música y de la infinidad de grupos que marcaron nuestra infancia (Enrique y Ana, Parchís, Regaliz...)
No voy a hablar de cine y de la infinidad de películas que (aún hoy) crean aficionados al séptimo arte (Regreso al futuro, los Goonies, El secreto de la pirámide, ET...)
Permítanme que hable de televisión.
¿Cómo hemos llegado a tolerar que se ningunee al menor en la programación de las diferentes cadenas?

Hubo un tiempo en el que se trataba a los niños con respeto, en el que se nos tomaba por seres dotados de inteligencia, y en el que el menor de los espacios que se nos dedicaba era fruto de un trabajo serio y profesional. Más allá de conectar series de dibujitos, existían unos contenidos sólidos que (¡oh, sorpresa!) se encaminaban a reforzar nuestra educación. Lo mismo enseñaban ("Los sabios", aquel concurso presentado por una novata Isabel Gemio), que nos incitaban a la insurrección ("La bola de cristal")
Puede que fuera la ausencia de competencia (solo 2 cadenas de tv, públicas) o que, simplemente, se hacían bien las cosas. Pero la programación infantil era diversa, fresca, educativa y entretenida.
Acepto que, desde la perspectiva que dan 30 años, programas como "Sabadabadá", "La cometa blanca", "Barrio Sésamo" o "El kiosco" puedan parecer casposos hoy día. Pero también había apuestas arriesgadas como "El planeta imaginario", "La bola de cristal " o "Cajón desastre".
Las series merecerían un post aparte:
Tanto las puramente infantiles: las excelencias de BRB Internacional (Ruy el pequeño Cid, Dartacán, Willy Fogg, David el Gnomo), las series pioneras de Japón (Mazinger Z, Marco, Heidi, CandyCandy...), europeas como (Maya, Wickie el vikingo, Pippi Calzaslargas...)
Como aquellas más juveniles: Equipo A, V, El coche fantástico, McGyver, El valle secreto...


La llegada de las privadas prometía grandes avances. Pero la competencia inicial diluyó lo que podría haber sido toda una revolución.

Hoy la programación infantil es inexistente. Se oye hablar (más bien discutir) sobre el horario de protección a la infancia, pero nadie dedica en ese horario un minuto a los protegidos. ¡Ah, sí! Con la llegada del tdt contamos con canales temáticos de programación infantil que se dedican a emitir sin mucho criterio un carrusel de "dibujitos" (en ocasiones infame). Muchos hablan de las bondades de estos canales; yo creo que no es suficiente. No me sirven. Como antes cité, en los ochenta la tele enseñaba determinados valores: tanto a través de los contenidos que se proyectaban, como con el tiempo que se dedicaba a nuestra programación: de lunes a viernes, las tardes de cinco a ocho y media (con la llegada de Casimiro)

La semana pasada nos dejó Miliki, en 2008 ya lo hizo Chema, "el panadero". La programación infantil... ni se recuerda.