miércoles, 21 de marzo de 2012

Es un Poeta Romántico Reencarnado

Llevo tiempo reflexionando en torno a las posibles (y probables) causas de mi caótico estado mental, de la anarquía psicológica que me inunda y embriaga.

Al principio pensé en la salida más fácil, buscar la ayuda y asesoramiento de un/a profesional que pusiera (mejor dicho, impusiera) un poco de orden en todo esta maraña neuronal.
Hoy, casi por causalidad, el destino ha puesto ante mis narices la razón de todos mis desvelos espirituales en forma de tema 57. "El movimiento romántico y sus repercusiones en España" (concretamente el punto 2.1 Características del romanticismo europeo) me ha abierto los ojos hacia una realidad devastadora: no tiendo hacia la locura, simplemente soy un romántico. Soy la reencarnación de uno de los representantes del romanticismo literario europeo.

Estas son las palabras que me han iluminado:
Uno de los tipos de romanticismo parte de la Enciclopedia, está impregnado de un carácter revolucionario y liberal, un espíritu escéptico y subjetivo, y una lucha por destruir todos los dogmas estéticos, políticos y morales (...) Byron, Víctor Hugo, Espronceda, Leopardi...
Rasgos fundamentales:
- Culto al yo (muy típico en mí)
- El ansia de libertad (según el horóscopo, "miedo al compromiso")
- La angustia metafísica (estoy muy, muy angustiado en torno a este tema)
- El espítiru idealista (tengo tantas cosas que aportar para mejorar el mundo...)
- La constatación amarga del choque con la realidad (nadie me entiende)
Temas:
- Exhibición de la intimidad (¿algo que no haya dicho ya de mí?)
- El paisaje transformado por los estados de ánimo (si yo te contara...)
- Asuntos exóticos (respondiendo a un deseo de evasión), lejanos en el tiempo
- Reafirmación nacional (soy un patriota)
- Filosóficos y políticos (soy un tipo que piensa en muchas cosas)
Estilo:
- A la vez original y sorprendente
- Reflejo de la individualidad y personalidad del autor
- Casi siempre dinámico y violento...
- ...buscando afectar con intensidad la sensibilidad del público

El desgarro del alma romántica se refleja en la figura de "el otro yo", que integra un impulso irrefrenable a la introspección, a la autocontemplación, incluso maníaca, y al imperativo de considerarse como un desconocido de sí mismo, lo cual provoca una incapacidad de contentarse con la propia existencia y propicia un intento de fuga. En otras palabras, se sumerge en el autodesdoblamiento y, en su interior, descubre dos almas, la ventaja de lo irracional no dominado por lo consciente.
No deja de sorprender cómo me describen estos rasgos literarios ¿verdad?

La cuestión es que, lejos de tranquilizarme, este nuevo descubrimiento me ha lanzado a la búsqueda desesperada del artista que en su día fui, temeroso al conocer los terribles finales de los grandes escritores de aquella época.

...a no ser... que... también puede ser... que... más que un autor... sea la resurrección, reinvención o la adaptación a la actualidad de uno de sus personajes...

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